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miércoles, 1 de junio de 2011

Marvel: Primeras Apariciones 1961/2


Con el propósito de sumarse al carro de la moda super heroica que había resurgido con nuevos bríos y con fecha de portada de Noviembre de 1961 apareció en la calle el Fantastic Four nº 1. Este número nos introducía a un cuarteto de personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby que obtenían  sus poderes especiales tras participar en un viaje espacial con un accidentado final. 



El comic desgranaba durante 25 páginas la historia de un proyecto de financiación privada (orientado a anticiparse a otras potencias en la carrera espacial) que hizo realidad los diseños del intelectual de la tripulación, el genio conocido como Reed Richards, pese a que no se habían tenido en cuenta detalles como las imprevisibles tormentas de Rayos Cósmicos que podían encontrarse en el camino y que finalmente harían que el cohete se estrellara en la ciudad de Ithaca.


Tras el accidentado aterrizaje, el cuarteto descubre que ha sufrido una serie de cambios en su fisiología y que disponen de poderes sobrehumanos. Aunque se podría pensar que esto es algo que les debiera haber hecho felices, sus primeras reacciones fueron de inquietud y miedo, por no hablar de la ira que sintió el piloto de la nave (Ben Grimm) al verse atrapado en un corpachón anaranjado cuya textura era similar a la de una pared de ladrillos.


El primero de los ocupantes de la nave era el ingeniero aeronáutico Reed Richards.


Firme entusiasta de la ciencia desde su más tierna infancia, el joven Richards tuvo en su padre, Nathaniel, el guía idóneo para calmar sus ansias de conocimiento. Reed quedó huérfano repentinamente cuando su padre se vió transportado a una Tierra alternativa gracias a la intervención de una maquina del tiempo de su propia invención. El joven, habiendo heredado la brillantez de su progenitor, fue capaz de ingresar en la universidad a una edad más bien temprana.


Cursando sus estudios en la citada universidad, Richards conocería tanto al que se se convertiría en su mejor amigo, Ben Grimm, como al que sería su más acérrimo rival en los años venideros, Victor Von Muerte. También fue allí donde empezó a desarrollar la idea que se había convertido en su mayor anhelo. Esta no era otra que la de construir un cohete capaz de realizar viajes espaciales.




El segundo ocupante de la nave era el brillante piloto de pruebas Ben Grimm.


El joven Benjamín Jacob "Ben" Grimm fue criado en la Calle Yancy, ubicada en una de las zonas más míseras de Manhattan. Ben sufrió mucho cuando, siendo él todavía muy joven, una trifulca callejera entre bandas se cobró la vida de su hermano mayor Daniel. Pero , ironías del destino, ello no impidió que Ben ocupara años después el puesto que su adorado hermano había ostentado en el momento de su fallecimiento.


La muerte de sus padres provocó que Grimm mudara su lugar de residencia a un barrio acomodado en el que residían sus tíos Jake y Alice. Con el tiempo Grimm cambió su actitud pendenciera, abandonó la banda y se convirtió en una estrella del rugby en el instituto de secundaria que frecuentaba. A consecuencia de ello en el último curso fue premiado con una beca deportiva que le permitió inscribirse en la universidad y, tras graduarse, se alistó en las Fuerzas Aéreas  con la intención de convertirse en piloto de pruebas.




Cuando dejó el ejercito, convertido ya en un magnífico piloto, le esperaba una oferta de trabajo de su viejo colega de estudios.


El tercer ocupante de la nave y único miembro femenino del cuarteto era la actriz ocasional Sue Storm.


Nacida en Glenville, Nueva York, Susan "Sue" Storm vivió una feliz y relativamente tranquila infancia. El único incidente que pudo turbar su niñez fue el ingreso en prisión de su padre debido a la realización de irregulares procedimientos médicos.


Cuando apenas contaba 12 años conoció, en la casa que su tía poseía en Nueva York, a Reed Richards y se sintió atraída por él pese a la obvia diferencia de edad. Cuando hubo crecido encaminó sus pasos a labrarse una carrera como actriz , llegando a realizar pequeños papeles en televisión.


Tras enterarse de que Reed se había trasladado a California, Sue hizo lo propio y allí conquisto el corazón del joven científico, con el que poco tiempo después se prometió en matrimonio.


El amor que Sue sentía por su prometido llegaba a tales extremos que, al conocer los planes que Ben y Reed tenían para probar su cohete experimental, inmediatamente se ofreció como tripulante junto a su joven hermano.


El cabeza pensante del grupo adquirió la capacidad de estirar su cuerpo hasta alcanzar un centenar de veces su longitud habitual y se bautizo con el pomposo nombre de Mister Fantástico.


Ben Grimm fue transformado en una colosal mole de apariencia pétrea dotada de una fuerza y una resistencia descomunales y paso a responder al apropiado nombre de la Cosa.




El más joven e impulsivo miembro del grupo, Jonathan Spenser "Johnny" Storm,  obtuvo unos poderes a juego con  su temperamento, poder envolverse en llamas y surcar los cielos propulsado por su llama pasando a llamarse por elección propia la Antorcha Humana.


En último lugar, la fémina del grupo y hermana mayor del anterior, Susan "Sue" Storm, adquirió la capacidad de volverse invisible a voluntad (cosa poco útil en una pelea) y pasó a llamarse como es natural la Chica Invisible.


También se presentaba, en este primer número, el villano que puede presumir de ser el primero del Universo Marvel como tal, el llamado Hombre Topo, y una horda de monstruosidades subterráneas. El Hombre Topo fue una vez un hombre común, llamado Harvey Elder, que viviendo en la superficie era objeto de burla y rechazo por parte de sus congéneres debido a su físico grotesco lo que provocó que se embarcara en un solitario tour que tenía como meta final  encontrar el mítico Centro de la Tierra. La casualidad quiso que, en uno de sus viajes, su bote embarrancara en la Isla de los Monstruos y allí, en las profundidades de una gruta, se despeño hasta alcanzar su destino anhelado pero al precio de quedarse prácticamente ciego.




Con el tiempo dominó a las criaturas subterráneas y comenzó a maquinar planes de venganza contra los habitantes de la superficie, lo que inevitablemente le llevaría a confrontaciones y encontronazos con los Cuatro Fantásticos y otros defensores del bien. Este primer encuentro destruyó la citada isla  y pareció acabar con esta amenaza pero, como ocurriría una y mil veces, los villanos no se resignarían a dejar este mundo con tanta facilidad.


Este primer número era innovador en muchos aspectos pero los editores de Marvel que hasta entonces habían sobrevivido publicando historias del Oeste, de ciencia-ficción e incluso aventuras románticas se resistieron a dejar de lado los monstruos subterráneos y las criaturas extraterrestres de nombres impronunciables que eran fauna habitual  en las historias publicadas previamente y que encontraron refugio sin problemas en esta colección de nuevo cuño.  




Ese mismo mes y, con la publicación del Fantastic Four nº 2, se presentaba la primera de las diversas razas intergalácticas que, con el transcurrir de los años y la expansión de un Universo Marvel al que la Tierra se le antojaba pequeña, visitarían nuestro planeta con la clásica intención de invadirla y esclavizar a sus legítimos propietarios. Esta raza no era otra que los Skrulls



A tal efecto un pequeño grupo de skrulls suplantó las identidades de los 4F valiéndose de sus habilidades metamórficas y cometió una serie de actos delictivos que tenían como fin enfrentar al susodicho cuarteto con el Gobierno. Dicho y hecho, el ejército detuvo a nuestros protagonistas que, gracias a sus extraordinarias habilidades, no tardaron en escapar ávidos de limpiar su reputación y de encontrar el escondrijo de los impostores, cosa que no tardaron en lograr. 



Tras ello, y con los skrulls a buen recaudo, le dieron la vuelta a la tortilla y suplantaron a los extraterrestres cuando volvieron a informar de su misión en la Tierra a la nave nodriza. Allí Richards convenció al superior de los skrulls de que el potencial ofensivo de la Tierra era vastísimo y que, por su propio bien, no debían invadir el planeta ya que el resultado sería desastroso.

Así fue repelida la primera invasión skrull y el líder de los Cuatro fantásticos decidió hipnotizar a sus prisioneros, los tres skrulls que aún permanecían en su poder, haciendo que tomaran la apariencia de pacificas vacas y olvidaran su verdadera identidad para no resultar un peligro nunca más.

El aspecto de esta raza extraterrestre era el ejemplo clásico de marcianos, es decir hombrecillos verdes de orejas puntiagudas que abarrotaban desde hace décadas los relatos de corte fantacientífico (y es que los viejos hábitos son difíciles de olvidar) pero con el tiempo fueron adquiriendo más dimensiones y sus orígenes y características fueron matizados, adquiriendo así una cierta entidad como personajes emblemáticos.

Su historia era esta: eran una raza semihumanoide, de aspecto reptiliano, que habían creado el imperio intergaláctico más antiguo conocido ubicado en, lo que los humanos conocemos como, la Galaxia de Andrómeda y que mantenían desde hace varios millones de años una enemistad eterna con otra de las razas extraterrestres de mayor importancia, conocida como los Kree



En los meses siguientes no se apreciaría ninguna nueva aparición reseñable, únicamente habría que mencionar que, con fecha de portada de Marzo de ese mismo año, en el Fantastic Four nº 3 pudimos asistir a la primera aparición del Fantasticar, el famoso vehículo del primer grupo Marvel. 




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